El trastorno por estrés agudo, esta caracterizados por reacciones de miedo y ansiedad importantes que pueden ocurrir en el mes posterior a que una persona se ha expuesto a un evento muy traumático. Los síntomas pueden incluir pesadillas, insomnio, aislamiento, recuerdos frecuentes y molestos del evento traumático, síntomas disociativos (desconexión del medio), tristeza o irritabilidad, conductas de evitación, dificultades de concentración y un estado continuo de vigilancia o alerta. El porcentaje de personas que pueden presentar un trastorno por estrés agudo, después de un acontecimiento altamente traumático, varia entre el 10 y el 30 % aprox. (entre 1 y 3 personas de cada 10).

El tratamiento oportuno y adecuado de un trastorno por estrés agudo, puede evitar la aparición posterior de un trastorno por estrés postraumático.

“Inviértete”, un centro de educación alternativa en Oaxaca: el lugar que nadie anticipó